TEORÍA DE LA AGENDA-SETTING
TEORÍA DE LA AGENDA-SETTING
RESUMEN
¿Qué es la agenda-setting?
Es
una de las teorías actuales más representativas de los medios de comunicación.
En ella se estudia cómo los medios ejercen influencia en las audiencias
mediante los temas considerados de mayor relevancia. El medio no decide por el
público qué es lo que éste tiene que pensar u opinar sobre un hecho aunque sí
decida cuáles son las cuestiones que van a estar en el candelero o en la
opinión pública. A este conjunto de contenidos se le denominará: la agenda.
Los
medios de comunicación son la fuente principal de creación de imágenes del
mundo exterior en nuestras mentes. Con esto se destaca que el mundo que nos
rodea es demasiado grande como para poder acceder a la información de primera
mano por medios propios. Por ello, los medios nos cuentan cómo es ese mundo o
información al que no tenemos acceso con el riesgo de que nuestras mentes
reproduzcan un mundo distinto al real, ya que éste está "fuera del
alcance, de la mirada y de la mente" (Lippmann 1922, p.29). En este
sentido, hablar de agenda-setting es hablar de las imágenes de los temas que
destacan los medios además de su transferencia a las imágenes que se reproducen
en nuestras cabezas o mundo interior. La idea principal, por tanto, se centra
en observar que las imágenes destacadas en los medios también son destacadas
por la audiencia.
Según
afirma Wanta (1997), el concepto de la agenda-setting es mucho más complejo de
lo que hemos planteado hasta aquí. "No todas las personas demuestran idénticos
efectos de la agenda-setting. No todos los temas influyen de la misma manera en
los individuos. No todos los tipos de cobertura influyen igual”.
Término
Agenda-Setting
Es
un anglicismo y se refiere al conjunto de temas seleccionados para formar parte
de un índice o agenda. En este sentido, lo que plantea la teoría es que los
medios de comunicación cuentan en su haber o seleccionan de alguna manera el
índice de temas resaltados, temas o índices que serán traspasados por la agenda
de los medios a la agenda del público.
"Con
la Teoría de la agenda-setting se consolidó un método empírico para mostrar cómo
los medios de difusión consiguen transferir a sus audiencias las listas
jerarquizadoras de los temas o problemas más destacados para la sociedad”
(López-Escobar,
et al., 1996e, p. 9).
Las
tres agendas: la agenda de los medios, la agenda pública y la agenda política
a) La agenda de los medios:
La agenda de los medios de comunicación (the media agenda) es una de las variables
más resaltadas a la hora de generar el índice de contenidos que ocuparán las
portadas de los medios durante un periodo de tiempo. El número de noticias que aparecen
sobre un tema o asunto de estudio se mide en función de su importancia, páginas
que ocupa, tiempo dedicado... Supuestamente, la audiencia dará una relevancia
al tema en función de la cobertura que haya tenido el mismo en los medios.
La
medición de la agenda de los medios se hace con un análisis de contenido. El
procedimiento consiste en realizar diferentes mediciones del tema objeto de
estudio. Para ello, se contabiliza el número de artículos publicados, el número
de páginas o columnas que ocupan, la ubicación que tienen dentro del medio o el
total de minutos que le han sido dedicados en un periodo de tiempo, si se trata
de un medio no escrito.
b) La agenda pública:
La agenda del público o pública (the public agenda) se mide por encuestas
realizadas a una parte de la población y en ellas a una muestra de individuos
se le pregunta: ¿Cuál es el problema más importante al que tiene que hacer
frente este país?, pregunta denominada el Problema Más Importante (PMI). Con
los resultados que se obtengan, se pretende ver la posición relativa que tiene
un tema o varios en la agenda del público. "La agenda pública es el grado
o jerarquía de importancia que da el público a determinados aspectos noticiosos
durante un periodo de tiempo” (Dearing y Rogers, 1996, p. 41 -
42).
En
un estudio longitudinal, el interés reside en hacer un seguimiento de las agendas
en diferentes periodos de tiempo. Normalmente la investigación se centra en el
estudio de un solo tema y su seguimiento, en la búsqueda de los puntos álgidos
y bajos que tiene éste en la audiencia y, además, determinar cómo la incursión de
otros asuntos pueden modificar o afectar colateralmente el interés o prioridad
del público. A la hora de medir la agenda pública se busca la actitud del
encuestado sobre un aspecto de un tema considerado el más notable. Por ejemplo,
se pregunta: ¿qué opina usted sobre las drogas?, ¿está a favor del aborto?,
¿qué opina de éste o aquel candidato político?. Hay que matizar que muchos de los
estudios no sólo se centran en un único asunto sino que recogen diferentes
aspectos relacionados con el mismo.
Sobre
la dirección de la influencia que ejerce cada una de las agendas, incluido el
mundo real, Dearing y Rogers (1996) afirman que "… la conclusión general
de las investigaciones realizadas sobre la agenda-setting es que la agenda de
los medios selecciona la agenda del público" (Dearing y Rogers, 1996,
p.50).
c) La agenda política: La
agenda política (policy agenda) o también denominada institucional mide el tipo
de acciones que adoptan los gobiernos, parlamentos y las diferentes instituciones
sociales que más tarde formarán parte desencadenante de debates, además de
incluirse como temas destacados en la agenda de los medios y en la agenda
pública. Para Dearing y Rogers (1996, p.72) esta agenda representa la
"llave maestra" de todas las agendas ya que es la encargada de
generar temas nuevos que influenciarán la agenda de los medios y la del
público.
Otro
enfoque de la agenda política o institucional está vinculado con la propia perspectiva
y proceso de cómo, quién y qué elementos o factores contribuyen en la construcción
de la agenda, también denominado agenda building. Ésta estudia el proceso mediante
el cual una numerosa serie de factores sociales además de la influencia mediática
influyen en la construcción de las agendas institucionales (Perloff, 1998, p.
207).
La
relación entre los reporteros y los políticos o aquellos otros encargados de hacer
políticas públicas (policymakers) llega a ser simbiótica en el sentido de ser necesarios
los unos para los otros. Los periodistas necesitan información para publicar al
igual que el acceso a las fuentes de noticias y los representantes de las
instituciones necesitan difundir y proponer sus programas a los ciudadanos,
votantes… en este caso, audiencia. A este respecto, Linsky (1986) matiza que
los medios de comunicación en la sociedad actual llegan a ser "omnipresentes"
y centrales en el mundo del hacer político.
Sobre
la relación existente entre las tres agendas, Larson (1986) realza el papel de
los medios en la opinión pública pudiendo llegar al extremo de pedir cualquier
tipo de reforma a las autoridades competentes: "El repertorio de lo
público -o aquello sobre lo que la gente discute, toma en consideración o se
preocupa, llegando incluso en ocasiones a pedir reformas legales sobre ello”.
d) Indicadores del mundo real:
Existe un mundo real del que no llegamos a conocer de forma directa sino a
través de los medios de comunicación. Este mundo real "y no manipulado"
es objetivo en la medida en que se refleja en datos, cifras y hechos, y cuenta
con una serie de indicadores (ya sean demográficos, económicos...) que orientan
la conducta humana o acontecimientos del momento. Los
indicadores del mundo real son los índices, elementos, pautas sociales, etc. En
ellos existe la intención de conocer cómo la agenda de los medios es capaz de
comentarlos, criticarlos, silenciarlos o reproducirlos partiendo de datos
reales.
Los precedentes
e inicios en la teoría de la Agenda-Setting
En una primera etapa que iría desde el inicio
del siglo XX hasta finales de los años veinte, se concedió a los medios y a su
influencia una gran importancia. En este periodo la idea dominante fue que los
medios eran instrumentos de influencia directa, bajo el modelo de
estímulo-respuesta. "Los efectos son respuestas específicas a estímulos
específicos, de tal manera que se puede esperar y predecir una correspondencia estrecha
entre el mensaje de los medios y la reacción de la audiencia" (McQuail y
Windahl, 1997, p. 93).
En el capítulo
de la obra de Lippmann titulado "El mundo exterior y las imágenes de
nuestra mente" se aprecia la figura del medio como el intermediario, o
"puente", como señala López-Escobar (1996), entre lo que la audiencia
percibe y lo que verdaderamente
forma el mundo
real.
Dearing y
Rogers (1996) destacan a Robert Park como uno de los iniciadores de la
investigación en medios de comunicación. En relación con el proceso de la
agenda- setting, ya en su obra, The
immigrant press and its control (1922), señala la capacidad de selección de
los mass media cuando establecen un orden de preferencias sobre los temas más
apropiados para publicar.
Una segunda etapa, a partir de los años
cuarenta y hasta los sesenta se caracterizó por considerar que la influencia de
los medios era limitada, con una capacidad de influjo menor que otros agentes
sociales. Katz y Lazarsfeld (1979) consideraron como
muy importantes otra serie de factores de intervención entre los medios y la audiencia.
Entre ellos figuran la exposición de la gente a los diversos medios, el
contenido de las comunicaciones y su retórica, el potencial persuasivo de cada
medio y las actitudes y predisposiciones previas de cada sujeto.
Dentro de esta
etapa, son el matrimonio Lang quienes abren la "brecha" de lo que en
unos pocos años sería el enunciado de la Teoría de la agenda-setting. Señalan
que son los medios quienes construyen la imagen pública de los candidatos y
muestran a la gente qué y cómo pensar al respecto.
Finalmente,
aparece la figura de Bernard Cohen quien con su popular frase en el trabajo de
1963, The Press and Foreign Policy,
quedó inmortalizado en la mayor parte de la literatura de la agenda: "La
prensa no tiene mucho éxito en decir a la gente qué tiene que pensar pero sí lo
tiene en decir a sus lectores sobre qué tienen que pensar" (Cohen, 1963, p.13).
Esta frase supuso un hito en las investigaciones sobre los medios de comunicación
referidos a los efectos de los media en la audiencia.
En una tercera etapa, a partir de los años
sesenta y hasta la actualidad, aparece de nuevo la idea del destacado poder que
tienen los medios de comunicación en la sociedad contemporánea. Se reevalúa el
poder de influencia de los medios. El objeto de estudio de la influencia ya no
es a corto plazo, sino a largo plazo. El consumo masivo de los medios, como la
radio y la televisión, hacen que los estudios se centren sobre el colectivo de
la sociedad ("sociedad de masas") más que en grupos individuales.
En la década de
1960 comenzaron los estudios que hacían alusión a la agenda-setting. Entre los
primeros destaca el de McLeod (1965) que hacía referencia a la campaña
presidencial estadounidense de 1964. Maxwell McCombs y Donald Shaw (1972)
realizaron un trabajo que probaba de forma empírica la influencia de los medios
en la audiencia. El alto grado de correspondencia entre las agendas de los
medios y la pública estableció un nexo central con lo que posteriormente se
convirtió en una cadena de evidencia sustancial para fijar el papel de la
agenda-setting en la prensa. .
"Otra
definición de la agenda-setting afirma que es la capacidad de los massmedia de
seleccionar y destacar ciertos temas sobre otros, y con ello causar que los asuntos
destacados sean percibidos como importantes por el público" (McCombs y Shaw,
1977, p. 12). Es decir, los medios de comunicación seleccionan unos
acontecimientos y "desprecian" otros, relegándolos al silencio.
El trabajo de McCombs
y Shaw (1972) es el primer trabajo oficial que reconoce a la teoría con ese
mismo nombre. Plantearon que la gente considera unos temas más destacados
(agenda del público) que otros en proporción directa con la importancia que le
den los medios (agenda de los medios) aunque estos no sean quienes decidan por
la audiencia cuál será su actitud o decisión sobre esos asuntos que proponen como
agenda. La hipótesis de partida es que son los medios quienes establecen la
agenda durante una campaña política, es decir aquellos puntos que los medios de
comunicación destaquen como los más relevantes de una campaña, serán considerados
por la audiencia (potenciales votantes) como los más interesantes. Sobre ellos
la audiencia se fijará y los tendrá presente durante las elecciones.
Actualmente la agenda-setting
está en un proceso de innovación y evolución investigativa. La tendencia de los
artículos más recientes indica un alejamiento de la cuestión electoral y un
acercamiento a otras cuestiones como historia, publicidad, información
internacional o noticias médicas.
COMENTARIO
La
agenda-setting es una de las teorías actuales más relevantes y más aceptadas
sobre el poder de influencia de los medios de comunicación en la audiencia y
para mí la que describe de mejor manera lo que pasa en la actualidad con el
poder de los medios.
Los
medios pueden plantearnos los temas sobre los cuales debatimos, pero nunca
podrán decir que es lo debemos hacer o pensar respecto a los hechos, es
decisión de nosotros, quizá sí tenga algún poder de influencia sobre nuestro
pensar, porque existe el periodismo de opinión, pero no es relevante.
Pienso
que de alguna manera los medios proponen los temas o imágenes que se difundirán
para ver cuál es nuestra reacción a estos, en muchas ocasiones no tiene efecto
alguno, entonces ya más o menos saben qué poner y qué es lo que causará más
impacto, como dice la lectura el efecto sorpresa, la novedad, al final los
medios son un negocio y favorecen a algunos intereses.
Ahí
está el peligro del que se habla al mostrarnos una realidad que no es tan real.
Gracias a los medios conocemos el mundo que nos rodea, pero sólo es una parte
de el, lamentablemente no tenemos acceso a conocer todo lo que pasa en nuestra
sociedad por nuestro propios medios.
En
ese sentido, la teoría es acertada, además de decir que la agenda mediática influye
en la agenda pública y esto está comprobado con estudios que demuestran que los
temas de la opinión pública coinciden en gran magnitud con los temas de la
agenda mediática. Entonces son los medios quienes proponen los temas que “nos
importan” (o nos deben importar), que quizá no sean los más relevantes para la
sociedad pero son los que terminan por colmar nuestra atención.
Actualmente
vemos como los noticieros están plagados de noticias de corte político que es
lo que tiene en vilo al país entero y quizá sea importante, pero ¿es lo más
importante? Ya no somos el país más inseguro, ni el país de violadores, ni el
país pobre, ¿se siguen muriendo de frío en Puno? Esas realidades siguen
latentes en el mundo exterior y las estamos dejando de lado. Pienso que la
corrupción sí es un problema de fondo en la sociedad peruana y debemos estar
atentos al proceso de Alan o Keiko, pero no hay que desviar tanto nuestra
atención e intentar tener una mirada global de la realidad de nuestra sociedad.
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