Sobre la elección de Bolsonaro
La elección del ultraderechista
Jair Bolsonaro como presidente de Brasil ha causado indignación y preocupación en
un gran sector de la población brasileña y de la latinoamericana en general. Luego
de una polémica e intensa campaña, donde predominaron el engaño de las ´fake
news´ y la manipulación del electorado, esta elección se presenta como un
peligro para la libertad del gigante sudamericano.
El debate acerca de la situación
política y social en América Latina ha sido abierto. La mala gestión, la
violencia y la corrupción se van convirtiendo en un patrón generalizado en la
sociedad latinoamericana, donde la población (o la mayoría) avala los discursos
extremos y concibe al autoritarismo como la solución a los problemas de fondo.
Es aquí donde el discurso de Bolsonaro
encontró el respaldo que necesitaba. Su imagen de “salvador” con mano dura para
la corrupción y el mensaje de libertad para el pueblo brasileño caló y
convenció. Muy a pesar de que su posición no fuera coherente con sus actitudes y
expresiones de sesgo machista, misógino y homófobo que no hacían más que recordar
a Donald Trump en la campaña electoral de EE. UU., salvando las distancias.
Bolsonaro tuvo, además de un
mensaje prometedor, el escenario político propicio para su elección, una
coyuntura en la cual encontramos un gobierno de izquierda totalmente desprestigiado
que, si bien logró reducir unos cuantos puntos porcentuales la pobreza, no pudo
eliminar la desigualdad y la brecha racial existente.
No podemos dejar de expresar
nuestra preocupación por el futuro de la región y la del Perú en concreto. El
estilo de gobierno de Brasil puede terminar por influir en los demás países, ya
vimos como los principales escándalos de corrupción tuvieron como protagonistas
a empresas brasileñas que aportaban al enriquecimiento de las grandes mafias encubiertas
en grupos políticos en toda Sudamérica. En nuestro país, esto derivó en un caos
político con pocos precedentes que influyó en la renuncia de un presidente y provocó el encarcelamiento de
la lideresa del partido político más poderoso del país.
Eventualmente, el gobierno de
Bolsonaro tendrá algunos aciertos, pero no tardará en perjudicar a la población
más desprotegida. Se anuncia desde ya la próxima expropiación de tierras a los
indígenas para la explotación de los recursos naturales, además de la eliminación
de los programas sociales establecidos por el gobierno actual.
Entonces, es importante señalar que,
en adelante, la población latinoamericana debería pensar dos veces antes de
elegir a sus gobernantes, teniendo en cuenta que algunos líderes sólo responden
a fines de los principales grupos de poder, comandados por las grandes
potencias, los cuales buscan de alguna manera mantener divididos a los pueblos
dominados y en una situación de temor constante. No es coincidencia ver como
los países más prósperos de Latinoamérica han visto obstaculizadas sus ansias
de desarrollo debido a una crisis política o a la corrupción.
Finalmente, el autoritarismo y la dictadura
no deben convertirse en la forma de
gobierno que “conviene” en Latinoamérica, tengamos cuidado los peruanos en las
próximas elecciones presidenciales y analicemos el fondo del discurso de cada
uno de los candidatos. Es necesario mirar al 2021 y tomar en cuenta el caso de Brasil para no retroceder a puertas del bicentenario.
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